Violeta, después



















Testimonio de Cabeza Cortada:

"Buscaba algo muy simple; un poco de flequillo y forma en el resto. Simple como suena, en ningún lugar (ninguna peluquería consolidada, fuera de barrio o moderna) querían o sabían hacerme eso; la excusa era el tipo de pelo.
Medio desahuciada entonces fui a la peluquería de PP; y efectivamente ella lo logró: un flequillo y un corte muy discreto en términos generales, nada farolero ni demasiado singular. La maestría del peluquero capaz se prueba en esos cortes no demasiado radicales; en ese sentido es mucho más tranquilizador ir a lo de PP que caer en las manos de cualquier estilista inspirado."

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